La burbuja financiera actual oculta una crisis civilizacional más profunda
Estamos en el final de una era de extrema financiarización. En el mercado, la aparición frecuente de aumentos y caídas drásticas es solo un fenómeno superficial. El problema más profundo radica en la sobreabundancia de liquidez, la distorsión del valor y un sistema civilizatorio que se está colapsando en medio de contradicciones internas.
Aunque el mercado de valores ha alcanzado nuevos máximos, esto es más bien una ilusión monetaria. Ajustado por la inflación, los principales índices bursátiles apenas han tenido un crecimiento sustancial en más de 20 años. Lo que vemos como "crecimiento" es en realidad solo la expansión de la oferta monetaria.
Los problemas estructurales son los que enfrentamos actualmente, y no se pueden resolver únicamente con ajustes de tasas de interés y otros métodos tradicionales. Lo verdaderamente importante son los siguientes tres aspectos:
1. La descomposición del sistema de deuda
El sistema monetario moderno se basa en una creciente expansión de la deuda, y ahora ha llegado a su fin. Las medidas de estímulo y los planes de rescate en los que se ha confiado en el pasado se basaban en una percepción errónea: cuanto más deuda, mayor es el nivel de prosperidad. Pero esta ilusión está desmoronándose.
El crecimiento de la productividad se ha estancado, y el cambio en la estructura demográfica va en contra de este sistema. La población laboral está disminuyendo, la relación de dependencia está aumentando y el consumo se basa cada vez más en el crédito en lugar de en los ingresos. Este sistema está envejeciendo y ya no puede autorrepararse.
La crisis financiera de 2008 debería haber pinchado esta burbuja, pero no tuvo éxito. La pandemia finalmente reveló la vulnerabilidad de este sistema, exponiendo la incapacidad del gobierno para proteger a los ciudadanos en el nivel más básico.
El resultado es el deterioro de la legitimidad. Las instituciones de hoy parecen ser más bien cascarones sostenidos por vigilancia y subsidios. Algunos escándalos han revelado la verdadera estructura entrelazada del crimen, la gobernanza y el capital.
2. La cerradura de la tecnología inteligente
La discusión sobre la inteligencia artificial todavía se encuentra en una etapa de ingenuo optimismo. La mayoría de las personas creen que la IA se popularizará como el software de oficina, convirtiéndose en una herramienta de productividad accesible para todos.
Esta es una imaginación poco práctica. Si las máquinas obtienen la capacidad de auto-mejorarse, simular sistemas complejos y diseñar nuevas armas, nunca serán de código abierto. Al igual que la tecnología nuclear y la edición genética, la superinteligencia se convertirá en una herramienta de control estatal.
El público solo puede acceder a fragmentos de IA recortados, el verdadero sistema estará oculto y restringido, sirviendo a propósitos estratégicos. La mayoría de las personas pueden seguir teniendo otras ideas, pero la fe no puede competir con la infraestructura.
3. El tiempo se convierte en la nueva moneda
En el pasado, el dinero podía comprar comodidad y estatus, pero no podía comprar tiempo. Con el desarrollo de la decodificación del genoma y la biología sintética, esta situación está cambiando. Nos estamos acercando a una era en la que la prolongación de la vida se convierte en una ventaja tecnológica.
Pero esto no será una revolución de la salud pública. La verdadera extensión de la vida, el aumento cognitivo y la optimización embrionaria serán extremadamente costosos y estarán estrictamente regulados. Los gobiernos de los países ya no pueden hacer frente al envejecimiento de la población y no fomentarán la longevidad universal.
Por lo tanto, los ricos no solo se volverán más ricos, sino que también serán biológicamente diferentes. La capacidad de cambiar el plano genético humano creará una nueva clase económica: aquellos que pueden liberarse de la curva de mortalidad a través de la biotecnología. La longevidad se convertirá en el lujo supremo, reservado solo para unos pocos.
Tres órbitas de civilización
La sociedad actual se está dividiendo en tres vías diferentes:
Anestesiando a las masas: sumergidos en el ciclo de dopamina generado por la IA, las redes sociales y otros estímulos virtuales, políticamente irrelevantes. Esta es la experiencia de la mayoría.
Élites cognitivas: un pequeño grupo cuya biología e inteligencia han sido mejoradas. Buscan un control sobre la biología y la muerte, cada vez más difícil de alcanzar.
Nueva "Amish": desconectar proactivamente, buscar significado fuera de la máquina, tratando de preservar la humanidad. Ricos en espíritu pero destinados al fracaso.
La primera clase de personas proporciona fondos a la segunda clase, mientras que la tercera clase se opone a ambas. La mayoría de las personas seguirán ciegamente, luchando por sobrevivir, sin saber que se han convertido en productos en lugar de participantes.
Estrategia clara en un mundo fragmentado
El mercado está lleno de ruido, pero el verdadero desafío es quién puede escapar del colapso del sistema y bajo qué condiciones. La clave es reconocer que:
El sistema monetario está en decadencia
La superinteligencia no se convertirá en una herramienta de uso común
La biotecnología hará que el tiempo sea un privilegio
El sistema de poder se está volviendo cada vez más aislado, dificultando la rendición de cuentas.
Entender esto no se trata de "vencer al mercado", sino de prepararse para situaciones asimétricas. La mayoría de las personas no despertarán a tiempo hasta que sea demasiado tarde. Porque para muchos, morir en la ignorancia es más aterrador que estar despierto y no tener nada.
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AirdropChaser
· hace7h
No es nada, he perdido mucho, de verdad.
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GasFeeBarbecue
· 08-05 04:56
tomar a la gente por tonta alcista no es tan pesimista como dices.
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Blockblind
· 08-05 04:56
Un tema recurrente, ser engañados.
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NftDataDetective
· 08-05 04:56
la verdad es que todos estamos persiguiendo ceros en un juego amañado ahora mismo
La crisis detrás de la burbuja financiera: colapso de la deuda, cierre de la IA y privilegios biológicos
La burbuja financiera actual oculta una crisis civilizacional más profunda
Estamos en el final de una era de extrema financiarización. En el mercado, la aparición frecuente de aumentos y caídas drásticas es solo un fenómeno superficial. El problema más profundo radica en la sobreabundancia de liquidez, la distorsión del valor y un sistema civilizatorio que se está colapsando en medio de contradicciones internas.
Aunque el mercado de valores ha alcanzado nuevos máximos, esto es más bien una ilusión monetaria. Ajustado por la inflación, los principales índices bursátiles apenas han tenido un crecimiento sustancial en más de 20 años. Lo que vemos como "crecimiento" es en realidad solo la expansión de la oferta monetaria.
Los problemas estructurales son los que enfrentamos actualmente, y no se pueden resolver únicamente con ajustes de tasas de interés y otros métodos tradicionales. Lo verdaderamente importante son los siguientes tres aspectos:
1. La descomposición del sistema de deuda
El sistema monetario moderno se basa en una creciente expansión de la deuda, y ahora ha llegado a su fin. Las medidas de estímulo y los planes de rescate en los que se ha confiado en el pasado se basaban en una percepción errónea: cuanto más deuda, mayor es el nivel de prosperidad. Pero esta ilusión está desmoronándose.
El crecimiento de la productividad se ha estancado, y el cambio en la estructura demográfica va en contra de este sistema. La población laboral está disminuyendo, la relación de dependencia está aumentando y el consumo se basa cada vez más en el crédito en lugar de en los ingresos. Este sistema está envejeciendo y ya no puede autorrepararse.
La crisis financiera de 2008 debería haber pinchado esta burbuja, pero no tuvo éxito. La pandemia finalmente reveló la vulnerabilidad de este sistema, exponiendo la incapacidad del gobierno para proteger a los ciudadanos en el nivel más básico.
El resultado es el deterioro de la legitimidad. Las instituciones de hoy parecen ser más bien cascarones sostenidos por vigilancia y subsidios. Algunos escándalos han revelado la verdadera estructura entrelazada del crimen, la gobernanza y el capital.
2. La cerradura de la tecnología inteligente
La discusión sobre la inteligencia artificial todavía se encuentra en una etapa de ingenuo optimismo. La mayoría de las personas creen que la IA se popularizará como el software de oficina, convirtiéndose en una herramienta de productividad accesible para todos.
Esta es una imaginación poco práctica. Si las máquinas obtienen la capacidad de auto-mejorarse, simular sistemas complejos y diseñar nuevas armas, nunca serán de código abierto. Al igual que la tecnología nuclear y la edición genética, la superinteligencia se convertirá en una herramienta de control estatal.
El público solo puede acceder a fragmentos de IA recortados, el verdadero sistema estará oculto y restringido, sirviendo a propósitos estratégicos. La mayoría de las personas pueden seguir teniendo otras ideas, pero la fe no puede competir con la infraestructura.
3. El tiempo se convierte en la nueva moneda
En el pasado, el dinero podía comprar comodidad y estatus, pero no podía comprar tiempo. Con el desarrollo de la decodificación del genoma y la biología sintética, esta situación está cambiando. Nos estamos acercando a una era en la que la prolongación de la vida se convierte en una ventaja tecnológica.
Pero esto no será una revolución de la salud pública. La verdadera extensión de la vida, el aumento cognitivo y la optimización embrionaria serán extremadamente costosos y estarán estrictamente regulados. Los gobiernos de los países ya no pueden hacer frente al envejecimiento de la población y no fomentarán la longevidad universal.
Por lo tanto, los ricos no solo se volverán más ricos, sino que también serán biológicamente diferentes. La capacidad de cambiar el plano genético humano creará una nueva clase económica: aquellos que pueden liberarse de la curva de mortalidad a través de la biotecnología. La longevidad se convertirá en el lujo supremo, reservado solo para unos pocos.
Tres órbitas de civilización
La sociedad actual se está dividiendo en tres vías diferentes:
Anestesiando a las masas: sumergidos en el ciclo de dopamina generado por la IA, las redes sociales y otros estímulos virtuales, políticamente irrelevantes. Esta es la experiencia de la mayoría.
Élites cognitivas: un pequeño grupo cuya biología e inteligencia han sido mejoradas. Buscan un control sobre la biología y la muerte, cada vez más difícil de alcanzar.
Nueva "Amish": desconectar proactivamente, buscar significado fuera de la máquina, tratando de preservar la humanidad. Ricos en espíritu pero destinados al fracaso.
La primera clase de personas proporciona fondos a la segunda clase, mientras que la tercera clase se opone a ambas. La mayoría de las personas seguirán ciegamente, luchando por sobrevivir, sin saber que se han convertido en productos en lugar de participantes.
Estrategia clara en un mundo fragmentado
El mercado está lleno de ruido, pero el verdadero desafío es quién puede escapar del colapso del sistema y bajo qué condiciones. La clave es reconocer que:
Entender esto no se trata de "vencer al mercado", sino de prepararse para situaciones asimétricas. La mayoría de las personas no despertarán a tiempo hasta que sea demasiado tarde. Porque para muchos, morir en la ignorancia es más aterrador que estar despierto y no tener nada.